¿Cómo puede mi perro contraer parásitos?
- Por contacto directo con animales infectados: en zonas públicas como parques, perreras y peluquerías donde hay contacto directo entre animales, lo que aumenta la posibilidad de transmisión de parásitos.
- Entorno contaminado (hierba, suelo, alfombras, excrementos): algunos parásitos, como las pulgas, ponen huevos en alfombras y suelos que eclosionarán, dando lugar a una nueva infestación. Otros, como las garrapatas, viven en zonas muy arboladas, hierba alta y campos. Algunos parásitos pueden sobrevivir varias semanas en el medio ambiente antes de poder infectar a un nuevo huésped. El contacto directo con excrementos contaminados conlleva un alto riesgo de infección.
- Mala higiene y aseo insuficiente: El aseo y el baño regulares pueden ayudar a eliminar los parásitos. Descuidar esta rutina puede aumentar el riesgo de una infestación que puede llegar a ser grave, como en el caso de los ácaros o las pulgas.
- Vectores: algunos insectos son vectores de parásitos. Esto significa que al albergar el parásito pueden transmitirlo cuando pican (los mosquitos transmiten los gusanos del corazón, los flebótomos transmiten la leishmaniosis): Algunos parásitos también son vectores de otros parásitos (las pulgas, por ejemplo, pueden transmitir tenias al ser ingeridas). Ten en cuenta que el cambio climático también está planteando nuevos retos, ya que algunos vectores están empezando a habitar zonas donde antes no existían.
- Mamíferos salvajes (roedores, zorros, conejos…): pueden ser portadores de parásitos que también pueden afectar a los perros. Es mejor evitar el contacto directo con ellos y sus excrementos.
¿Cómo puedo proteger a mi perro de los parásitos?
El lugar donde vives influye en la propagación de los parásitos, ya que son más frecuentes en unos sitios que en otros. También debes tener en cuenta que, sobre todo en el caso de los parásitos externos, las estaciones cálidas son las de mayor riesgo de transmisión, y ésta durará hasta el invierno, cuando las temperaturas son más bajas. Sin embargo, en las zonas endémicas es mejor utilizar protección durante todo el año.
Para prevenir las infecciones parasitarias internas de la mejor manera posible, asegúrate de mantener un entorno limpio y de que tu perro sólo beba agua limpia y coma sólo de fuentes de alimentos controladas por ti.
Aplicar medidas higiénicas adecuadas, como recoger los excrementos de perro de las zonas públicas y de tu propia casa, reducirá las posibilidades de que el suelo se contamine.
Actualmente existe una gran variedad de productos antiparasitarios en forma de líquidos para aplicar directamente sobre la piel (spot-on), collares repelentes, sprays parasiticidas, comprimidos masticables… El uso de unos u otros, o de una combinación de varios, dependerá de si tu mascota es alérgica o no a algún producto, de su tipo de pelaje, de la presencia de problemas dermatológicos, de la facilidad de aplicación o administración, y de si vive cerca de zonas boscosas, lagos y zonas pantanosas, en zonas urbanas…
Asegúrate de que el nivel de protección de tu perro se adapta a sus necesidades sanitarias individuales; visita con frecuencia a su veterinario para mantenerte al día sobre el protocolo antiparasitario adecuado necesario para proteger a tu compañero y a tí mismo.
¿sabías qué…?
Los parásitos en perros aparentemente sanos suelen ser una fuente contínua de reinfección y pueden propagarse a otros perros más vulnerables, como los cachorros. Por eso son tan importantes las pruebas rutinarias y la desparasitación, ya que detectan parásitos incluso cuando no se ven o no hay síntomas.
Mantener un plan de prevención antiparasitaria adecuado para tu mascota es fácil
Pregunta a tu veterinario qué plan se adapta mejor a las necesidades de tu amigo peludo.